Uno tiene sus 15 minutos de fama

Por Nino Morales
Poeta

: : Nelson Vásquez Torres (No Vásquez)
Nació el 3 de Octubre de 1954. En la ciudad de Puerto Montt, donde actualmente reside.

Es una especie de fantasma marginal urbano. Con tintes de ángel derrotado, su poesía está relacionada
con el movimiento denominado Concretismo; expresión artística que tiene su origen en los años 30 del siglo XX en Brasil. Abordando un estilo abstracto y haciendo uso de elementos geométricos, oponiéndose al verso lineal o tradicional.

No Vásquez es un transeúnte más escondido en la multitud que se desliza sigilosamente; y atento va denunciando los cambios de este mundo actual. Con su estilo certero, directo e irónico; hace un paneo por esta realidad chilena y su pseudodemocracia.

Entre los años 1975-1977, estudió Pedagogía en Artes Plásticas en la Universidad de Chile, por ese entonces con sede en Temuco. En 1972 comienza a escribir poemas sueltos sin ninguna temática de referencia, los que fueron enviados a distintos concursos: Valdivia, Temuco y Osorno. Solo recibe menciones honrosas. En 1976 se deshace de todo y decide partir de cero.

Sus obras publicadas son:
: : L&VERTAD, 1984
: : AMURICA, 1998
: : NIMBUS, 2000
: : REVO&LUSION, 2010
Publicado también en:

: : POESÍA JOVEN DEL SUR DE CHILE. Editorial Instituto de
Literatura, Universidad Austral de Chile, 1978

: : POESÍA CHILENA DESCLASIFICADA.
Editorial Étnica, 2006.

Actualmente No Vásquez se encuentra trabajando en su
último libro.

ACERCAMIENTOS
Entre la bulla y la gente de pie, No Vásquez continuaba
sentado con otro escritor en el mismo lugar, me acerqué
hasta su mesa y nos pusimos a charlar.

De él solo había escuchado rumores, lo definían como un tipo reservado y misterioso, como un poeta alejado de la pequeña fama. El año 2016 fue de mucho movimiento en el ámbito literario local, se llevó a cabo la Feria del Libro. Dicho encuentro sirvió para que generáramos lazos con escritores de más trayectoria. Con el tiempo se entabló una amistad que llevó a que Nelson participase de actividades que generalmente se realizan en la Biblioteca Matías Yuraszeck; donde Víctor Caico. Un verdadero espacio de encuentros artísticos.

: : UNO TIENE SUS 15 MINUTOS DE FAMA. ENTREVISTA
El día miércoles 03 de Octubre de 2018 fui por segunda vez a su casa. A la entrada había tres gatos y el portón estaba cerrado. Al tercer llamado se asomó una silueta a través de los visillos de la ventana, era No Vásquez. Apareció algo soñoliento, lo saludé y me invitó a pasar. Nos pusimos a conversar y recordó su estadía en Santiago, días antes del golpe. Conversamos acerca de cómo surgió L&VERTAD.

N.V: Mi amigo en ese tiempo era “el gran poeta”, por lo menos en Santiago.
N.M: ¿Cómo se llamaba?
N.V: Esa frase es hermosa, cómo se llamaba; porque uno tiene sus quince minutos de fama; él fue compañero mío en el taller literario de la Biblioteca de Temuco; ahí lo conocí, gran lector. Incluso en el tiempo de la dictadura se dio cuenta que de niño era poeta y tenía acceso hasta el subterráneo de la biblioteca. Sacó todos los libros de los nazis, revistas nazis con fotografías y todo y se los llevaba a su casa. En el taller literario a mí no me tomaban en cuenta, me admitieron eso sí; estaba Memet que era el Zurita de aquel tiempo y además si tú eras comunista eras famoso. Debo decir que nunca me gustó el trabajo literario de mis compañeros. Recuerdo que Matilde Urrutia llevó los poemas de Gustavo Becerra a García Márquez a Colombia y, según éste, era el gran poeta. Yo siempre le pedía que me llevara a la casa de Neruda, a la Chascona, nunca me llevó. Pero fui para el aniversario de Neruda al cementerio y ahí estuve con Matilde Urrutia. Recuerdo que esa vez llegaron los pacos y me agarré del vestido de Matilde para que
no me pesquen. La casa donde yo arrendaba pieza era la embajada de los poetas, en el centro de Santiago, en San Isidro frente al cerro Santa Lucia; en pleno centro y las protestas eran todo el rato.

N.M: ¿Entonces fue en aquel tiempo cuando escribiste L&VERTAD?
N.V: Sí, fue importante por las lecturas que tuve.
N.M: ¿Y en qué lugar se realizaban las lecturas?
N.V: Bueno, en ese tiempo la música era más importante que la poesía; se realizaban en la oficina “Nuestro Canto”. Los comunistas tenían oficinas en el centro de Santiago y tenían de todo, tenían plata y empleados. Después yo estuve en Pudahuel en una casa comunista, yo no era comunista pero me querían. Un día uno de ellos se acercó a hablarme para que ingresara al partido; me regalaban una máquina de escribir pero yo no quise ser comunista. Yo en ese tiempo estaba informado de lo que pasaba en Santiago.
N.M: ¿Y la SECH que tal funcionaba en ese tiempo?
N.V: Era más bien mediocre, pero lo que importaba eran los contactos políticos. Todos los que figuran hoy, estaban en la SECH.
N.M: ¿Zurita?
N.V: No, Zurita estaba con la gente de derecha, con los del Mercurio y la clase alta. No era socialmente burgués, pero lo utilizaron como mecanismo para terminar con la poesía de protesta que había en aquel tiempo. El primer libro de Zurita es muy bueno (Purgatorio), y toda la gente de derecha estaba con él. Y yo sé la vida de Zurita porque viví en Valparaíso un año, en Viña. Y casi todos los días durante ocho meses me reunía con Juan Luís Martínez.
N.M: Tú conociste a Juan Luís Martínez
N.V: Sí, y también era amigo de Juan Cameron, y Cameron era del grupo donde estaban Zurita y Juan Luis Martínez; Zurita vivía de allegado en la casa de éste, en la casa de los papás de Martínez para ser más preciso. El papá era almirante o algo así. Zurita era cuñado de Martínez.
N.M: ¿Y cómo era Juan Luis Martínez?
N.V: En primer lugar era tartamudo, era difícil de entenderlo.
N.M: ¿y de personalidad cómo era?

N.V: Siempre me preguntaba las mismas cosas; porque mira, yo arrendaba y para escribir L&VERTAD en Santiago ya no podía seguir, me aburrió y me fui a Viña. Buscando y buscando encontré una pieza, la pieza de los cachureos en un hotel que está a un costado de la parroquia divina en calle Montaña; entonces todos los días daba vueltas en el centro, después escribía, me daban el almuerzo, dormía con todos los cachivaches. Prácticamente no gastaba plata en micro. Había una librería en donde dos o tres veces al mes se realizaban recitales de poesía, íbamos a los cócteles porque había mucho poeta muerto de hambre y andábamos en casi todas las lecturas. A veces yo andaba con hambre y el que tenía plata era Juan Cameron, él era egresado de leyes y trabajaba en una oficina en Valparaíso; también en el Instituto Chileno Francés. Siempre habían actividades y me invitaba a participar. Gracias a él conocí a Juan Luis Martínez; ellos se juntaban en el Café Samoyedo casi todos los días, yo me juntaba con un poeta que era de Osorno (Mauricio Barrientos) y esperábamos a Cameron para que tomáramos café. Después yo iba a dejar al tren a Juan Luis Martínez, lo encaminaba porque vivía en Quilpué y yo vivía a una cuadra de la estación. Los fines de semana almorzaba donde Cameron en su casa. También comía arroz, pero con trago.

N.M: ¿Me podrías hablar de la obra de Juan Luis Martínez?
N.V: Bueno, cuando lo conocí ya había publicado La Nueva Novela. Yo dije: ¿Esto es una obra de arte o es un hueveo? No sabía qué diablos era. Bueno, fui a la casa de Juan Luis Martínez, me llevó Cameron. Yo en tiempos de la UP había visto cine ruso, vi una película del Quijote y así mismo era la casa de Juan Luis Martínez. Toda su casa llena de libros, lo que pasa es que era comerciante de libros, tenía un puesto de libros usados; vivía de eso, ese era su negocio. Tenía un local al que nunca fui y era famoso ladrón de libros también.

N.M: Nelson, se te cayó una moneda ahí mira…
N.V: Para la suerte…
N.M: ¿Has leído poesía que está saliendo ahora?
N.V: No, tendrían que pasar unos cuarenta o cincuenta años para poder leer; ya estoy cuarenta años en esto y los grandes escritores que estaban en Chile, la mayoría están muertos. Los mata el tiempo y los libros mueren. Por ejemplo, en los años ochenta leía “Perro de Circo” y lo encontré maravilloso y ahora lo he buscado en internet y no lo encontré; el libro había muerto y habían sobrevivido nada más que tres o cuatro versos. Para mí el libro tiene que quedar íntegro al paso del tiempo. Yo fui muy tonto porque siempre prestaba mis libros y nunca me los devolvían. Tenía muchos libros rusos, poetas rusos, una poesía muy interesante. He conocido a cientos de poetas, todos han muerto en el olvido y yo igual me quiero morir antes de que me maten. Por lo menos a L&VERTAD todavía lo quieren. Pero me ha dolido bastante que mis amigos se hayan muerto, es decir su obra; porque igual ellos siguen tomando.

N.M: ¿Y tú bebes aún?
N.V: Sí, pero no tengo nada en este momento… ¿sabes que hoy estoy de cumpleaños?
N.M: ¿Enserio?
N.V: Sí
Me levanté del sillón y le di un abrazo.
N.M: ¿Cuántos años cumples?
N.V: No sé… (Risas) ¿Tomemos un café?
N.M: bueno, tomemos un café
N.V: estoy con un montón de pastillas y no sé qué día es hoy, es que me llevo mal con mi hermano y me enfermé de depresión y me han cambiado los remedios, ando como volado.

Se dirige a la cocina, lo espero…
N.V: Sabes que anoche me tomé otro medicamento y desperté como si tuviese dieciocho, hacen muy bien las pastillas.
N.M: ¿Fumas marihuana?
N.V: Sí, a veces…hasta las vacas fuman marihuana ahora.

Mientras tomamos café se abre un lapso de silencio y en la tele una periodista entrevista al cantante Emanuel, de fondo suena su canción más conocida “chica de humo”.

En aquella reunión, No Vásquez me regaló su libro REVO& LUSION que aún conservo con su dedicatoria y quedamos en juntarnos a conversar y beber unas cervezas.

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